Escrito por Nina Rossel
El arte como herramienta de cambio
En el vibrante corazón de la ciudad de Panamá, un ecomural ha dado vida a la urbe itsmeña con más de 70 mil tapas de botellas plásticas de diversos colores que ahora embellecen el paisaje urbano, y a la vez, envía un poderoso mensaje sobre la importancia de crear conciencia sobre la importancia de preservar el ecosistema y nuestro planeta.
Esta magnífica obra que conjuga la identidad panameña y la conexión con la naturaleza es el resultado del talentoso artista plástico venezolano Óscar Olivares, quien ha encontrado en el arte una forma de abordar problemas ambientales urgentes, fomentando a su vez, un sentido de pertenencia y colaboración.
Este proyecto que tuvo más de un año de planeación junto al Banco Mercantil en cuanto al diseño y la recolección de tapas, fue ejecutado en la fachada de la Escuela Profesional Isabel Herrera de Obaldía, lugar que atrajo no sólo a los estudiantes del centro educativo, sino también a muchas personas de todas las edades, que voluntariamente se involucraron en la actividad; por ello el concepto de ecomural va más allá de ser simplemente una obra de arte.
El joven artista expresó sentirse emocionado por toda la receptividad brindada por el pueblo panameño. “Me encanta regresar nuevamente a Panamá, a inicios de este año elaboramos el primer mural en David, Chiriquí; ahora es el turno de la capital. Ambas oportunidades han sido extraordinarias, pues la interacción ha sido increíble”.
Creando impacto visual y social en Panamá
En diez días, y pese al clima imperante de Panamá, Olivares junto a muchos voluntarios que colaboraron con el mejor ánimo de seguir el diseño esbozado, llenaron de vida la pared de 31 metros de ancho por 2.5 metros de alto, dando un mejor propósito a miles de tapas, que en lugar de ser desechadas o parar al mar, lucen vibrantes con su color original en una vía principal y hacen un llamado a la acción, una invitación a reflexionar sobre el papel activo de la sociedad en la protección del planeta.
A pesar de que Panamá ha demostrado un avance notable en su cultura de reciclaje, todavía queda un largo camino por recorrer en cuanto a la conciencia ambiental y la accesibilidad de puntos de reciclaje en las comunidades. Aún, muchas personas desconocen la importancia de reciclar y las prácticas adecuadas para hacerlo, lo que muchas veces limita la efectividad de los esfuerzos de sostenibilidad. Además, la infraestructura de reciclaje no está suficientemente desarrollada, lo que dificulta que los ciudadanos participen activamente en la reducción de desechos; por esta razón, iniciativas como ésta, donde las empresas gestionan proyectos que combinan arte y ecología, juegan un papel fundamental en la educación y sensibilización de la población.
Es preciso mencionar que en el Parque Urracá de la ciudad capitalina, existe también un ecomural elaborado con tapas plásticas, el cual existe desde el 2021 y estuvo a cargo la artista Momo Magallón. Definitivamente, podemos dar cuenta de que las comunidades son el primer eslabón para hacer posible arte, y con él es posible motivar, incentivar y promover cultura desde diferentes puntos de vista e impactar de manera positiva a la sociedad.
Estos ecomurales no solo embellecen el entorno, sino que también sirven como poderosos recordatorios de la urgencia de cuidar y respetar el medio ambiente. En un mundo donde el consumismo y lo desechable avanzan a pasos agigantados, es crucial que cada individuo reconozca su papel en la protección del planeta. Proyectos artísticos como éstos fomentan una conexión emocional con el entorno y pueden inspirar a las comunidades a involucrarse activamente en la preservación de su ecosistema.
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